Treve era una ciudad guerrera, levantada en cierto lugar de la ignota magnificencia de la Cordillera Voltai. No había estado allí, pero conocía su reputación. Se decía que sus guerreros eran fieros y valerosos, y sus mujeres orgullosas y bellas.[…] Se decía que Treve estaba a cierta altura sobre Ar, a unos setecientos pasangs de distancia, en dirección a las Montañas Sardar. Nunca había visto la ciudad en un mapa, pero conocía el territorio que ella pretendía como dominio propio. La ubicación exacta de Treve no me era conocida, y quizá era un dato que excepto sus ciudadanos pocos sabían. Las rutas comerciales no llevaban a la ciudad, y los que se internaban en su territorio rara vez volvían.
Se decía que el único modo de llegar a Treve era utilizando las aves llamadas tarns, y eso sugería que debía tratarse de un baluarte montañés.
(Los Reyes Sacerdotes de Gor, cap 8)
Era una ciudad que en parte vivía del saqueo, inaccesible e inexpugnable como un nido de águilas. Una ciudadela arrogante e inconquistada, un baluarte de hombres cuyo modo de vida era el bandidaje, y cuyas mujeres vivían de los despojos de cien ciudades enemigas
(Los Reyes Sacerdotes de Gor, cap 8)
Vista panorámica de la ciudad
Una de las puertas de Treve
Baños
Taberna llena de mercenarios y malhechores
Mercado de kajiras
Salones
Mercado
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